la presencia de su acompañante, un ser que lo sabe todo, y que resulta ser más terrorífico
que la tormenta que les envuelve. "Si me dais lo que quiero, me marcharé", proclama el
ser humanoide que se llama a sí mismo Linoge.
Hay misterio en su nombre. Y en su exigencia implacable. Pero lo que tienen claro los
habitantes del pueblo es que, aunque el sólido ayuntamiento puede refugiarles de la
tormenta, nada podrá protegerlos del terror cada vez más intenso de un mal que se ha
ido arraigando desde el principio de los tiempos...
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